domingo, 24 de noviembre de 2013

La sesión de juego que menos ha durado

     EL DESAFÍO DE LOS 30 DÍAS.
     Día 24: La sesión que menos ha durado

     La trampa subterránea petada de aliens del Traveller. Odio a mis jugadores por ello.

     A sabiendas de que Aliens es una película de gran aceptación entre el personal de mi mesa de juego (entre otras cosas porque Aliens es DIOS), decidí preparar un megadungeon -antes de saber qué cojones era eso de los megadungeons- situado en las abandonadas instalaciones subterráneas de un planeta remoto, allá, por los confines de una suburbial galaxia del extrarradio. Las mentadas instalaciones estaban, cómo no, petadas de aliens hasta la bandera, incluyendo como premio una reina Alien bien oculta en a saber dónde.

     ¿Alguna vez hacen tus jugadores lo que crees que van a hacer? Bueno, vale, alguna vez. Pero parte de la gracia en esto de los juegos de rol es que son como una obra de teatro en la que no hay guión. En esta ocasión había decidido no preparar ni siquiera una trama a medio esbozar: pensaba soltarlos y dejarles profundizar a su ritmo. ¿Que querían investigar y averiguar algo acerca de lo que ocurrió en las instalaciones?, pues los datos estarían ahí. ¿Que se decantaban por buscar avanzada tecnología alienígena?, no iba a ser yo quien se lo impidiese. Para poder moverme con comodidad preparé unos cuantos mapas con papel hexagonal, y anoté en una libreta índice lo que había a grandes rasgos en cada uno de los niveles del lugar (más de sesenta niveles…). Pero los dejaría avanzar a su ritmo. A lo sandbox con reglas del Traveller.

     Así que llegan al sitio. En una nave cercana al nivel de acceso a las instalaciones encuentran varias cosas interesantes. Mocos alienígenas por doquier, restos óseos con el pecho destrozado hacia fuera, lo que parecía un huevo vacío de evidente origen extraterráqueo… 

     –¿Qué hacéis entonces? ¿Vais a la planta de acceso de la instalación?
     –¿La nave esta tiene alimentación nuclear? –Pregunta Javi– ¿Armas?
     –Mmm. Pues sí, algo habrá. Un núcleo de fusión, armas de mano y explosivos.
     –Pues mira tú qué bien. Sacamos el núcleo, lo metemos en el primer nivel de la instalación, lo detonamos y mandamos todo a tomar pol culo.
     –Ahí le has dado –dijo Raúl.
     –Me apetece ver fuegos artificiales –dijo Vicente.
     –¿Qué hacéis qué…? –acerté a murmurar yo.

¡Mira tú qué bonico nos ha quedado!
¿Te ha dado tiempo a sacar una foto…?


     La partida acabó en el minuto 10 de sesión de juego. Los odio.

     Los odio mucho.

1 comentario:

  1. Ya sabia yo que en esta pregunta íbamos a coincidir una vez más. Es curioso que en cualquier caso recordemos detalles diferentes. En mi caso creo que el detonante fue una especie de Predator que hizo trizas en un par de asaltos a nuestro querido Vicente.

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