jueves, 14 de noviembre de 2013

El Pj más memorable que conoció un pj tuyo

     EL DESAFÍO DE LOS 30 DÍAS
     Día 14: El Pj más memorable que conoció un pj tuyo

     Elrika la Bonica.

¿Os suena, no?
Pues al lado de Elrika la Bonica, la de aquí arriba es la Madre Teresa de Calcuta.


     Sí, señores, Elrika la Bonica.

     Situémonos. Nos encontramos danzando por entre los Reinos Jóvenes y sus copiosos peligros. En concreto, eres un joven sacerdote de alguno de los muchos señores de la ley o del caos (en realidad, da igual: dentro de un rato todo va a importar muy poco) cuando, atravesando unas montañas, conoces a un importante grupo de aventureros entre los que hay un par de elementos de cuidado: un psicópata llamado Neikos (el Caos en estado puro. Ya hablaremos de él en otro momento) y una… una… no sé cómo describirla. Una ¿cosa? horrenda, muy horrenda, horrendísima, una mujer que viaja descocada aun durante el más crudo de los inviernos y cuyo mayor objetivo en la vida es beneficiarse a todo bicho viviente. Claro que no le resulta fácil, porque es más fea que la parte trasera de un radiador.

-¿Qué demonios es… eso? 
-Yo diría que es una mujer. Una mujer muy fea con un palo muy largo.
-Pues viene hacia aquí.
-Hostias...


     La cosa esa va armada con un palo enorme que maneja con las dos manos, y se me acerca.

     –Me llamo Elrika la Bonica –me dice muy seria–. Tengo apariencia 3.
     –Y yo me troncho –digo mientras, efectivamente, tanto mi personaje como yo mismo nos revolcamos por el suelo. Él en los reinos Jóvenes, yo por las baldosas de casa de Jose Javier, el infortunado Master de aquella tarde.
     –¿Te tronchas? –me dice Elrika la Bonica–. Pues me caes mal. Así que te doy con toda mi fuerza con el palo entre las piernas, donde más duele.
     –¿Cómo? –digo yo mientras sigo descojonándome. En ese momento aún pensaba que estaba de broma.
     –Que te reviento los huevos.

     Y eso hizo. Literalmente. ¿Que por qué? Esa pregunta sobra con Elrika la Bonica, mis estimados Entes diversos. Le apeteció, punto pelota.

     Elrika la Bonica, señores, la pesadilla de los Reinos Jóvenes, personaje mítico de un jugador igualmente mítico, mi amigo David y su incontable repertorio de caracteres incomparables: el Dragón Negro, un tipo que iba por Glorantha “transformándose” en un Dragón y haciendo ruidos raros cada dos por tres (“cjuuuu… cjuuuu… Estoy transformáaaaaandome en el Dragóooooon…”); o aquel niño oriental llamado Songoku que participó en dos o tres sesiones… ¡de la Llamada de Cthulhu!; o su militar del Traveller quien, pobre, no le cayó en gracia a su creador y fue suicidado durante su primera sesión utilizando el socorrido método de atacar a otro PJ mordiéndole en el culo…

     Pero ninguno de ellos me causó una impresión tan fuerte como Elrika la Bonica. Ninguno.


     Sobre todo ahí, donde más duele.

2 comentarios:

  1. La buena de Elrika. Me han llegado sus andanzas aunque yo nunca la conocí en "persona". No consigo recordar si alguna vez llegué a jugar con José Javier.

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  2. Seguramente tenía sus motivos, hombre... no se, una madre que no le dio de mamar, o un perro que solo jugaba con ella si le colgaban un filete al cuello. Algo habría en ese pobre corazoncito desdichado.
    O igual era una perra mala.

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