viernes, 8 de noviembre de 2013

Tu mejor Crítico alrededor de los juegos de rol

     –Que no vuelvo.
     –Puri, exageras. 
     –No exagero, Amo. No hay quien hable con ese tío raro.
     –Mira, “ese tío raro” es un individuo importante en este negocio. Todos lo conocen. Tienes que volver y entrevistarlo. Y por cierto, no me llames Amo.
     –Que no, Herr Direktor. Que huele mal.
     –¿Herr Direktor?
     –Huele mal.
     –¿Cómo va a oler mal?
     –Apesta. Una vez tuve un novio que olía igual, y tuve que dejarlo aunque…
     –¿Aunque qué, Puri?
     –Bueno, él era un Master bastante competente. Pero no me dejaba jugar.
     –Qué pena. La tristeza me embarga. En fin, volviendo a lo nuestro, si quieres seguir trabajando aquí como becaria tienes que entregarme las entrevistas antes del día 30. Y el reloj corre, Puri. Tic-tac, tic-tac.
     –Pero Amo, es que huele muy mal…
     –Gajes del oficio. ¿O crees que yo empecé aquí, como el creador de opinión que soy, ya en la cúspide de la pirámide? No, Puri. Tú quieres conseguir la fama, pero la fama cuesta. Y aquí es donde vas a empezar a pagar.
     –Oh, Amo, pero QUÉ gran frase. Cuánta imaginación tiene usted, mi Señor. Siento cómo un creciente estremecimiento que me sacude desde el clit…
     –A veces no sé si me haces la pelota o es que vienes así de serie.
     –¿Amo?
     Y no me llames Amo.
     –Sí, Amo.

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     Prosigamos con nuestra noble labor evangelizadora donde lo dejamos ayer. Hoy, con todos ustedes:


     EL DESAFÍO DE LOS 30 DÍAS

     Día 8: Tu mejor Crítico alrededor de los juegos de rol

     La pregunta de hoy es fácil (ya tocaba una fácil), aunque su redacción pueda llevar a confusión. ¿Mi mejor crítico alrededor de los juegos de rol? Joer, conocer a mi viejo grupo de juego, sin lugar a dudas, porque con el tiempo se convirtieron en mis amigos más cercanos. 
     
     Me temo que no hay mucho más que añadir; hoy no hay una historia épica detrás, o un suceso gracioso que contar: he compartido muchas experiencias vitales, buenas y malas, con ese grupo de amigos (como le sucede a todo el mundo, vaya), y toda esa historia común no existiría de no ser por aquel crítico en socializar que saqué el día en que conocí a los chicos. Nacimientos, bodas, divorcio, fallecimientos, enfermedades, cabreos, reconciliaciones… 
     
     Toda una vida, lúdica y humana. 



Aquí, los chicos.
El de la recortada de repetición soy yo.





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